top of page
Cardenal Revista Literaria

Cardenal Revista Literaria

  • ¿QUIÉNES SOMOS?

    Dar voz a los mejores autores, sean emergentes o consagrados, es el objetivo fundamental de Cardenal Revista Literaria. Por ello, y en vista de las nuevas condiciones impuestas por la pandemia, desarrollamos un sitio web, siempre empeñados en el afán de difundir la literatura nacional e internacional de manera más accesible —y respetando la calidad que nos caracteriza—.

    Emocionados y felices, compartimos con ustedes este nuevo formato de Cardenal, no solo para presentarles una gama más amplia de contenido, sino también para recordarles, ahora más que nunca, que queremos difundir su palabra; queremos que su canto sea escuchado.

    ¡Emprendamos juntos el vuelo del cardenal a través de las versiones digital e impresa de la revista, en donde se darán cita las plumas más coloridas y los cantos más agraciados de la actualidad!

     

    Atentamente,
    Cardenal Revista Literaria

     

    https://cardenalrevista.com/

    https://www.facebook.com/cardenalrevista/

    https://www.instagram.com/cardenalrevista/

     

  • UN PROYECTO COLECTIVO

    Nace una revista, pero también los sueños; crecen mediante aportaciones y son cobijados por los grandes autores; luego está el silencio, en el que la esperanza se va tejiendo y, finalmente, están ellos: hombres, mujeres, jóvenes, personas haciendo lo que aman; una juventud con un ímpetu desmedido por revolucionar el mundo de la literatura.

    La recepción es pequeña, reducida a dos mesas y un espejo amplio que se alza frente a nosotros. Es fresco, pero la luz lo hace cálido, afable. En una mesa, junto a la pared, Mateo y Frida, integrantes de Cardenal Revista Literaria, sonríen y me reciben. El nerviosismo los asalta, pero la oportunidad de desarrollar sus ideas mediante el diálogo les resulta esperanzador.

    Nace una revista, pero también los sueños; crecen mediante aportaciones y son cobijados por los grandes autores; luego está el silencio, en el que la esperanza se va tejiendo y, finalmente, están ellos: hombres, mujeres, jóvenes, personas haciendo lo que aman; una juventud con un ímpetu desmedido por revolucionar el mundo de la literatura. Nace un compromiso literario, nace el futuro de una nueva literatura: el de las voces jóvenes que se izan al cielo, adonde siempre han pertenecido.

    Alex Reyes: ¿De dónde surge Cardenal Revista Literaria?

    Mateo: Nace de una reunión con Ricardo Plata en febrero. Los dos teníamos la inquietud de planear un taller literario. La primera idea que tuvimos fue armar mesas de lectura de poesía y narrativa de manera mensual, esta tenía el mismo nombre de la revista. Con esto quisimos saber cómo podríamos difundir las voces de los poetas y narradores que invitamos a estas lecturas. La manera más viable fue crear una revista en la que los trabajos de los colaboradores pudieran estar permanentemente.

    A: ¿Cuál es la estructura de la revista?

    Fernanda: El primer número estuvo conformado por dos partes: poesía y narrativa. El segundo, por su parte, tenía estos mismos complementos, pero también se agregó uno más: crítica literaria. Estos a su vez tienen distintas subdivisiones en las que se les asigna un lugar a las voces consagradas y a las nuevas voces.

    A: ¿Cómo es que consideran que una voz nueva deba ser incluida?

    Mateo: Sobre todo, que sea nueva y tenga una propuesta original. Lo consideramos a partir de lecturas y discutimos las razones por las que debería de publicarse o no. Sin embargo, cuenta demasiado que sean voces de jóvenes.

    A: Mario Vargas Llosa apuntó, a propósito del surgimiento del internet y la distribución de la información a través de los medios digitales, que la literatura también sintió el temblor del internet. Sin embargo, la adaptación del arte a la tecnología no tardó en llegar. ¿Cómo es que la revista no ha entrado en una plataforma digital? ¿Es acaso la necesidad de volver a lo tradicional?

    Fernanda: Algo que resalta en la revista es que siguen esta estética muy clásica desde el diseño de la revista, hasta cómo la han conformado. Algo que quisiéramos preservar dentro de la revista es eso, que el contenido siga siendo físico y clásico; mientras que en redes sociales se pretende darle su espacio más estético. Es la necesidad de volver a lo clásico y preservar esa parte preciosa y atrayente de lo que es la literatura en físico. Se pretende, en un futuro, que se cree la página para sus respectivas publicaciones, pero algo que hemos dialogado es que las obras que se publiquen en este medio no serán los mismos que encontremos en físico. Podríamos rescatar, incluso, los trabajos que no se pudieron publicar en el primer formato por no haber pasado los primeros filtros.

    A: ¿Y cuáles son los filtros de Cardenal?

    Mateo: Parte de la idea de Cardenal es mantenernos en lo clásico, fijarnos mucho en la técnica. Que trabajen símiles, imágenes, metáforas, que no caigan en lugares comunes. En sí, que trabajen la técnica, el tema, o que haya algo que lo diferencie de los demás.

    A: ¿Cada número tiene una orientación particular?

    Mateo: No. Si quisiéramos hacer la revista temática, no incluiríamos la polifonía, la multiplicidad de voces e intereses que están coexistiendo en México como en los países que hemos invitado. Entonces, lo reduciríamos únicamente a un tema que no necesariamente interesaría a los autores.

    A: ¿Cómo influye, a su consideración, la proyección de una revista literaria desde la visión individualista de un lector?

    Mateo: Puede influir en un principio como medio para conocer a voces distintas a las que ya conoce, además de que les confiere herramientas para seguir siendo lector y convertirse en un potencial escritor o poeta.

    A: ¿De qué modo contactan a los poetas y narradores que alzan sus nombres en la portada de cada edición?

    Mateo: Hay varias formas. Los jóvenes, muchos de ellos tienen redes sociales, a ellos es más fácil contactarlos a través de esos medios. A los escritores consagrados, en cambio, se les escribe, muchas de las veces, a través de contactos de la revista, personas que los conocen. Es un contacto más directo.

    A: En tanto que los integrantes se ocupan de estructurar la revista, ¿Ésta de que se encarga?

    Mateo: Además de darle un espacio a las nuevas voces, también se encarga de que estas convivan con las voces consagradas. Leer literatura genera en el lector una suerte de empatía que lo hace en ciertos momentos no entrar en círculos de violencia. Hay un proceso muy complejo. De hecho, Jorge Volpi tiene un libro sobre los procesos neurocognitivos que lo ilustra esto bastante bien, se llama Leer la mente. Se pretende que sea un espacio que genere paz promoviendo la literatura, promoviendo el arte, creando una entidad comunitaria entre los escritores y promover los valores en estos espacios. De esto también se encarga la revista.

    A: ¿Qué ha significado para ustedes trabajar en la revista?

    Fernanda: Para mí trabajar en Cardenal ha significado estar en un tipo de unión, en un hogar que no esperaba tener a esta altura de mi carrera, y también una responsabilidad de conocer cómo se maneja el campo laboral al que me voy a dedicar en un futuro. De alguna manera me dio un golpe de realidad llegar a Cardenal. Cuando Mateo me contactó, yo estaba trabajando en un taller editorial y debía hacer una revista, todo era color de rosa, todo era muy bonito, pero Cardenal también lo es y ha tenido lo suyo.

    Mateo: Trabajar en cardenal me ha dejado la experiencia de trabajar con personas muy lindas. Sobre todo, porque termino concluyendo que la literatura sigue siendo un puente entre muchas personas; encontré personas de la UAM, de la UNAM, del Claustro de Sor Juana, de otros estados… es lo que más aprecio de trabajar aquí.

    A: Como integrantes de este proyecto y de un compromiso evidente con la literatura, ¿Podría decirse que son felices haciendo su trabajo?

    Mateo: Sí, porque en mi caso de ser un estudiante de Derecho, al que no le apasiona, ahora estoy relacionándome con personas que se apasionan con lo que a mí me apasiona. Me permite tener amistades y personas que me llenan de conocimiento y valores, sobre todo por eso.

    Fernanda: Sí, porque algo que me hace feliz es aprender. También saber y reiterar que no lo sabes todo, eso también te da cierta humildad. Me hace feliz conocer a las figuras literarias que he conocido en el tiempo que llevo a cardenal. Me hace feliz poder hacer bien un trabajo, que te reconozcan que haces algo bien, o que tienes ciertos talentos, está padre; así como saberte humilde, también está bien saberse talentoso.

     

  • CARDENAL, REVISTA LITERARIA', NÚMERO 1, MÉXICO.

    El cardenal es un ave roja, impresionantemente roja. Un ave a la que no le gusta migrar, que impacta por su canto, que posee una cresta poderosa como ola. El cardenal es un cuerpo encendido que recuerda que “los verdaderos poemas son incendios”, en palabras de William Blake. Es fuego que surca el cielo de la conciencia, iluminando en su viaje el asombro del caminante, de las ciudades ruidosas, de la locura posmoderna. El cardenal es presagio literario.

    Esta revista es justo eso: un palpitante presentimiento, la más mística y delicada celebración de letras nacida un mes de agosto, dentro de un año no remoto (al que la humanidad, en búsqueda de una referencia dentro del infinito universo que es el tiempo, ha denominado 2019).

    Dirigida por Ricardo Plata y Mateo Mansilla-Moya, teniendo a Melissa del Mar como jefa de difusión y comunicación (entre un excelente equipo de trabajo), la revista literaria Cardenal se perfila, desde su primer número, cual respiro en tiempos difíciles. Se trata, sin duda, de una re-visitación al panorama de la narrativa, pero sobre todo al de la poesía contemporánea de México, de América Latina y, muy pronto, de la poesía internacional.

    Leer reconforta. ¿Cómo se puede rendir mejor tributo a la verdad, a las dulces decepciones, a la heroica desesperanza, al místico oleaje de los cuerpos, a la jugosa dulzura de la vida y la florida muerte, si no es a través de lo poético? El mundo desfila ante nuestros ojos a velocidades vertiginosas, pero la sombra que deja, ese halo de vino y rosas, ese oscuro perfume que embriaga nuestro entendimiento a su paso, todo ello reside en instantes poéticos o narrativos que son registrados en textos que bien pueden ir a parar, para beneplácito de todos, en el radiante plumaje de un Cardenal.

    No se puede pedir mejor número de lanzamiento. Aparecen en él poeta reconocidos, de gran trayectoria y talento, como lo es el Premio Aguascalientes Mario Bojórquez, quien pone una calle ancha al final de tu sueño, en un Cuaderno de perdedores. Hay, además en este número, un impecable prólogo de Kevin Aréchiga. También aparece un tipo que nunca aprendió a desprenderse de los grandes amores, en la oración del abandono que escribe el propio Ricardo Plata; una bocanada de vida en medio de juzgados, dictámenes y folios, a través de la pluma de Mateo Mansilla-Moya. Se muestra el Metro en el que Ivana Melgoza viaja para ver a Mariana; una secreta cofradía en la mente de José Antonio Albarrán; un cuento magnífico, escrito por Glafira Rocha, que liga lo no corpóreo, la psique y el oscuro aprendizaje para Martín, Baltasar y Celeste, inquietos personajes que habitan en estas páginas; también amanecen voces en los versos de Melissa del Mar, Diana Banda, Andrea María Broca Flores, Mariana Villarrroel y Paola Espinosa Haiat.

    Que Cardenal, revista literaria, aparezca en el panorama cultural mexicano, es un acto de reafirmación. Celebremos. Valga esta renovación en el fuego de la metáfora y el ritmo, para el festejo de una generación -para nada espontánea- de un ave que atraviesa con su canto, sutil pero firme, una radiografía de agua.

bottom of page