Historias que no se olvidan
Once relatos componen este libro. Once relatos donde se ha logrado atrapar los rasgos distintivos propios de la vida
“de pueblo” mediante una prosa sencilla y conmovedora. Estas
historias recrean un tiempo que lentamente se va extinguiendo y, sin lugar a dudas merecen permanecer en la memoria colectiva porque forman parte de nuestra identidad. Créame el lector entrado en años que este libro despertará nostalgias, sonrisas y puede que hasta se le piante un lagrimón. Y si es un joven quien tiene la suerte de encontrarse con estos textos, hallará un universo de posibilidades, códigos, rituales, juegos que involucran la presencia, el cuerpo a cuerpo y la camaradería.
Leer estas historias es viajar a Nunca Jamás, reencontrarnos con la niñez de largas siestas. Ni Internet, celulares o consolas, acá los pibes se raspan las rodillas, se escapan a la plaza, se juegan la vida en un tiro de bolita.