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Lo que nos trajo el covid-19

Lo que nos trajo el covid-19

El primer caso del Covid-19, lo conocimos el 31 de enero del 2020. Aunque ya habíamos oído hablar del virus, a la gran mayoría no les interesaba, ya que estaba muy lejos y pensábamos que aquí no llegaría, pero llegó y todo cambió.
Este libro refleja las situaciones de muchas personas ante la
enfermedad, y como a través de unas simples cartas, de la
unión entre las personas, de la solidaridad, luchamos en esta
guerra contra algo que no podemos ver, pero que sentimos
en el alma. También aparece el miedo, la soledad, la frustración, pero como todo en esta vida pasará. 

 

  • BIOGRAFIA

    Mi Nombre es María Gema González Jaraíz, autora del libro. Sanitaria en primera línea de Covid. Este libro es la conclusión de varios proyectos llevados a cabo:

    Apoyo psicológico al paciente Covid
    Cartas de ánimo a paciente Covid

    Escrito durante la primera ola de la pandemia, hechos reales, cartas enviadas desde todos los lugares del mundo para un fin común, dar mensajes de ánimo a los pacientes. Vivencias, miedo, frustración, momentos muy duros vividos en primera persona, y a pesar de todo, unión.

  • COMENTARIO

    María Gema González Jaraíz es joven, tiene dos hijos adolescentes y una cuñada que dice públicamemente cuanto la aprecia, o sea algo habrá hecho para merecerlo.

    Maria Gema G.J. es sanitarista en el Hospital de Henares, Madrid, España. A ella le va de maravilla su actividad laboral porque es de su agrado el trabajo en equipo, y la eficiencia que se pueda alcanzar en asuntos de salud con los pacientes, inclusive el acompañarlos emocionalmente, algo muy propio de su profesión, a no dudarlo.

    No la conozco personalmente, pero leí su libro LO QUE NOS TRAJO EL COVID-19, que fue publicado a fines del 2020, particularmente en noviembre. Allí ella relata en primera persona y mediante un lenguaje llano, coloquial, urgente, cómo inició el asunto de la pandemia, primero considerado una urgencia y a pocos días de tal envergadura que pasó a ser una crisis sanitaria nacional y en concordancia con lo que ocurría en el mundo todo.

    Ese libro va a ser testimonio histórico de lo acontecido en estos años. Hay datos que aún nos conmueven, que nos ponen en discusión con las injusticias y las aberraciones que como humanos dejamos consistir, como el hecho de que durante meses hubo un abrazo sonoro cada día en los sitios que sintieron necesidad de agradecer a una hora establecida y mediante el aplauso a los trabajadores de la salud. Mientras faltaba infraestructura, insumos, vacunas. Ella muestra un mundo desnudo ante la envergadura de la enfermedad, con unos pacientes a los que era preciso acompañar, consolar, cuidar, cuyos familiares fueron exigidos a mantener distancia, a aislarse ellos mismos en sus casas. Por su voz comprendemos la empática objetividad del relato, esa cualidad tan profesional de los internistas que hace las especificaciones pertinentes sin deslizar el foco a lo escabroso del tema, que interna en el asunto al lector considerándole plenamente como tal y ausentando el sensacionalismo informático.

    Aún otro mérito es oportuno señalar, ciertos detalles como que cuando ella regresaba al hogar, sus familiares le creaban un pasillo para que se tomara su tiempo de aseo y tranquilidad antes de disfrutar de las delicias que le tenían previsto por mostrarle cariño. O el compartir con sus hijos y colegas la organización en el recibimiento de cartas que pudieran ser leídas a los pacientes, cartas que vinieran de todo el mundo, cartas que acompañaron semejante trance global desde el puesto de cada uno, todos sufrientes de la pandemia que aún nos acosa.

     

     

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