top of page
Peligroso para si y para terceros

Peligroso para si y para terceros

REVISTA TEATRO

 

Federico M. Fernández en la autoría, Alejo Piovano en la dirección, Irene Grassi, Reynaldo Arias, Mario Capponi, Arialdo Giménez, Raúl Giuntini, Rafael Quintana, José Luis Rivarola en la interpretación, fueron los responsables del estreno, en noviembre de 1985 en el Teatro Contemporáneo, dé Peligroso para sí y para terceros, pieza de humor negro sobre el mundo de los hospitales psiquiátricos y los difusos límites entre la cordura y la demencia, que si bien no se propone una abierta denuncia, cuestiona a una sociedad enferma de burocracia. Para La Razón, "la puesta de Piovano trabajó con  intensidad la relación entre los desmesurados personajes, creando un clima de desenfreno coherente con el lugar donde se desarrolla la acción..., sumándose a los méritos el nivel interpretativo del elenco, que sabe trasmitir la riqueza y las no pocas sutilezas del texto". Para Clarín, por su parte, "la obra de Fernández es provocativa y cruel, cargada de vitalidad. De ceremonial bien integrado, y su irrupción en la dramaturgia nacional resulta interesante. Contribuye a obtener los climas imprescindibles la puesta de Alejo Piovano, y entre los intérpretes se destacan Grassi, Capponi, Quintana, Arias y Giménez".

  • DIARIO LA NACION

    PELIGROSO PARA SI Y PARA TERCEROS

     

    LA NACION

    Buenos Aires, !unes 6 de enero de 1986

     

    PATÉTICO VIAJE ENTRE LA RAZON Y LA LOCURA

     

    "Peligroso para si y para terceros", de Federico M. Fernández. 

    Interpretes: Silvia Findergam, Mario Caponi, Rafael Quintana,

    Raúl Giuntini, Reynaldo Arias, Arialdo Giménez y Jose Luis Rivarola. Iluminacion: Abelardo Duarte. Escenografia y vestuario: Arialdo Giménez y Alejo Piovano. Asistente: Claudio Medina.

    Dirección: Alejo Piovano. En el Contemporáneo. Cochabamba 411

     

    ¿Cuáles son los limites entre la cordura y la lorura? La pregunta está implicita en esta inteligente pieza a través de un hilo argumental que echa mano al humor negro y a la desesperación, frente a disimiles tramas cotidianas. La acción se sitúa en un hospital psiquiátrico ruinoso y desorganizado que será visitado por un inspector aparentemente interesado en solucionar los problemas que aquejan tanto a las autoridades como a los pacientes. El enfrentamiento de ese hombre con un enfermo recién llegado es el elemento que desencadena la crisis, dejando poco margen para intuir quiénes son los sanos y quienes los dementes. El planteo de Federico M. Fernández no es fácil a pesar de transitar por un camino demasiado lineal. Hay en su obra una aguda observación que recae no sólo en la miseria, la soledad y la desprotección de esos locos, sino que abarca ternas tan amplios como la burocracia, la rebelión del hombre ante las causas injustas y la eterna duda sobre lo lógico y lo ilógico. El tema, de por si nada agradable, atrapa sin embargo al espectador que ve reflejado en ese manicomio un pequeño mundo de mentiras y verdades que se entrecruzan hasta hacer dudar sobre cuál es la una y la otra y convencer de que, en definitiva, la locura se anida cotidianamente en todos nosotros. Las situaciones son manejadas aqui con mano diestra sin caer en golpes bajos y sustentadas por diálogos que oscilan entre lo risueño y lo terrible hasta desembocar en un final patetico.

     

    Dirección e interpretación

     

    La Direción de Alejo Piovano se compenetró de este dificil texto y logró plasmar con talento lo mucho que aflora de la trama en tanto que Silvia Findergam, Mario Caponi, Rafael Quintana y Reynaldo Arias se destacan en un elenco que denota dedicación. El vestuario, la sintetica escenografia y la puesta de luces son otros clementos dignos de señalar en este espectáculo.

     

    SOLICITA EL LIBRETO ORIGINAL EN PDF

bottom of page