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Revista Ulrica

Revista Ulrica

A MODO DE EDITORIAL

Esto somos. En esto creemos.

 

ULRICA es nuestra forma de expresar lo que sentimos hacia este mundo tan particular. Es, también, una forma personal de ser en este mundo. Somos lectores igual que vos.Apasionados por las buenas

historias, curiosos, siempre buscando abrirnos a nuevos autores. Nuestras lecturas muchas veces no coinciden y nuestros gustos son tan particulares como el tuyo. Tal vez, este intercambio es el que nos hace amar más a la literatura. Las diferencias nos enriquecen y, las lecturas variadas, aún más.

El nombre de esta publicación no es casual. Ulrica es una rareza en la vasta obra de Jorge Luis Borges.

Es un cuento de amor publicado en El libro de arena (1975). Él único cuento de amor del gran escritor argentino. En él nos presenta a este personaje femenino poderoso y misterioso. Un personaje complejo que ama una vez y deja una huella para siempre. Nuestra revista, entonces, es un homenaje y un signo de identidad. Es el saludo al gran universo de la literatura, la que hizo de Borges un gran lector y uno de los principales paladines de la cultura del libro; pero también es nuestra forma de dejar una huella lectora.

 

  • EL HOMBRE COMO DISTOPIA

    José Carlos Rodrigo Breto traza un perfil sobre el famoso escritor francés, que nos permitirá internarnos en sus novelas y sus principales tópicos literarios

     

    MICHEL HOUELLEBECQ

    EL HOMBRE COMO DISTOPIA

     

    La lectura de Michel Houellebecq viene, siempre, acompañada por una polvareda de polémica. Afrontar así la obra de este autor descomunal —de los mejores de la literatura francesa de todos los tiempos, y eso es mucho decir— es un error que se comete con demasiada facilidad.

    El planteamiento general de Houellebecq es la decadencia del ser humano, en concreto el del individuo de la segunda mitad del siglo XX y de comienzos del XXI. En su primera novela, Ampliación del campo de batalla (1994), ya mostraba la crisis. Con Las partículas elementales (1998) hurgó todavía más en la herida de la catástrofe en la que nos hemos convertido. En Lanzarote (2000) y en La posibilidad de una isla (2005), Houellebecq comenzó a dibujar sus intenciones distópicas, que tan solo podían intuirseen las obras anteriores.

    Con Plataforma (2001) cerró el ciclo que nos mostraba la degradación de ese hombre que destruía los últimos rescoldos de la idea humanista que empezó a forjarse en el Renacimiento: el hombre entendido como utopía, con todo lo bueno que podía crear,alumbrar, ofrecer y conseguir, había desaparecido a finales del siglo XX.

    Desde ese momento, Houellebecq inicia una segunda etapa, que viene marcada por El mapa y el territorio (2010). El autor se había transmutado junto a su forma de hacer las novelas: ahora no se trataba ya de mostrar el derrumbe del ser humano, sino sus ruinas: la introspección, el egoísmo, la sociedad centrada en un individualismo enfermizo, agonizante.

    Desde ese instante sus textos pueden calificarse plenamente como distópicos. Así lo vienen a demostrar Sumisión (2015), y Serotonina (2019). Son visiones que ponen al descubierto los nervios necrosados del mecanismo de la sociedad del bienestar. Sus personajes protagonistas comparten ideario nihilista y autodestructivo con el Meursault de Sartre, el ex portero Bloch de Handke, con el desarraigado Jacques Austerlitz de Sebald, con lospersonajes de Beigbeder...

    Las obras de Houellebecq son el mapa de nuestra actual sociedad desesperada y decepcionada, y se desarrollan sobre el territorio de la aniquilación de la sociedad. Ya no somos un todo social, solo somos uno. Un individuo enfermo de avaricia, de consumismo desbocado, hedonista hasta la médula, que lleva a cabo sus acciones para sobrevivir entre la amargura y, con esas mismas acciones, se autodestruye.

    En la profundidad de la obra de Houellebecq radica su maestría. Dejemos las polémicas a un lado y disfrutemos de la lucidez de su narrativa

     

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  • EL CORAZON DE CONRAD

    Por Lucía Osorio  bibliotacora

     

    En El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad aborda temas como el colonialismo, el choque de culturas, el racismo y la violencia. Para este texto, se inspiró en su experiencia de viaje al Congo y retrató un espacio colonizado y devastado por el rey Leopoldo II de Bélgica.

    El relato tiene como protagonista y narrador a Charles Marlow. Su viaje tiene un fin concreto: encontrar al jefe británico de una explotación de marfil, un hombre de apellido Kurtz. Durante el proceso, Marlow descubre que se trata de un personaje misterioso al que los nativos idolatran como si fuera un dios, pero que parece haber caído en una locura bestial. Lo que más destaca en esta novela de Conrad es la capacidad del narrador para involucrar la historia y la subjetividad del protagonista en la misma escritura. Es un trayecto en el que acompañamos a Marlow en su viaje hacia las profundidades del Congo y hacia el interior de su alma. A partir de un relato enmarcado, Conrad se sirve de una dualidad narrativa, y el texto adquiere la libertad de entrar y salir del ensimismamiento sin dejar de estar cerca de sus personajes.

    En 1979 Francis Ford Coppola estrena Apocalypse Now, trasponiendo la novela original de Conrad al contexto de la Guerra de Vietnam. La película se ha convertido, desde entonces, en un clásico del cine y se ha destacado por lograr transmitir con gran eficacia el espíritu del libro original, un texto que sigue generando relecturas y adaptaciones - en 2019 se estrenó Ad Astra, de James Gray, en donde el viaje hacia las profundidades se traslada al espacio exterior, y en donde Marlow y Kurtz son, además de soldados, padre e hijo.

    Sin embargo, existe una película que involuntariamente es una de las mejores adaptaciones del texto de Conrad, y se trata de Hearts of Darkness: A Filmmaker's Apocalypse (1991), de Eleanor Coppola. Este documental acompaña a Francis Ford Coppola durante el proceso de producción de Apocalypse now desde el guion hasta el estreno, y nos presenta a un director de cine obsesionado con el proyecto más ambicioso de su carrera. Presupuestos millonarios, tormentas y tifones, actores irreverentes, rodajes suspendidos, y un Francis siempre en cuero, acalorado frente a su máquina de escribir, embarcado en un viaje que parece tortura, intentando hacer encajar su película en medio del caos. En este documental que lleva adelante Eleonor, esposa de Coppola, Marlow es Francis y Kurtz es la película inacabada. El rodaje de Apocalypse now duró 238 días.

    Hay unos pocos rodajes en la historia del cine que fueron tan caóticos, problemáticos o ridículos que supieron aportar ese ingrediente épico a la tarea cinematográfica. Cuando eso sucede, un rodaje así puede registrarse en un diario escrito - es el caso de La conquista de lo inútil, sobre el rodaje de Fitzcarraldo de Herzog, o El mono en el remolino sobre el rodaje de Zama, de Lucrecia Martel. Pero en este caso, para registrar el rodaje de Apocalypse now existe una película, que en el afán de dejar testimonio de un rodaje histórico adapta el tono de ese texto original sobre el que se apoya la película dentro de la película. Eleonor se mete en el corazón del rodaje, en el de Francis y en el de las tinieblas.

     

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